Por: Príncipe Alí
Es inevitable no dejarme seducir por el tema boom del momento, el acontecimiento que le ganó el protagonismo a los temas que marcan el diario vivir de nuestro país, el tema que fue titular en medios de comunicación nacional e internacional, el tema que revolucionó tik tok: “Yanfry y su caminado como hombre”.
Esta vez las redes sociales no fueron conmocionadas por el video de una niña bailando de manera vulgar, unos niños ingiriendo licor o fumando cigarrillo, ni las imágenes de niños o niñas víctimas de abuso sexual, y eso es lo que logra impactar, lo que conmueve nuestras fibras emocionales: la ternura, la inocencia de un niño de tan solo tres añitos, que luciendo de manera impecable su uniforme de jardín y con su caminado “como hombre”, se logra ganar la atención, admiración y enamorar a millones de personas.
Ese sencillo video también me emocionó, tocó las fibras más profundas de mis sentimientos, hasta el punto de activar mi máxima sensibilidad, esa sensibilidad que hemos perdido y que, por tanto, nos impide disfrutar de la sencillez de la vida, de sus insignificancias, nos impide mirar al otro en su humanidad y sorprendernos por sus desgracias.
El hecho de que las redes sociales estén inundadas de tanta diversidad de contenidos, que se cargan con el único interés de lograr reacciones, desbordando los límites de la decencia, la ética, la moral, la pulcritud, el daño que se produce en otros…, y que de pronto un tierno niño con su elegancia y su caminado “como hombre” logre generar tantas reacciones positivas, que logre enamorar a tantas y tantos, es muestra de que como sociedad estamos hartos de tanta superficialidad, de tanta vulgaridad, de tanta basura en las redes… definitivamente nos hace falta disfrutar de más momentos tiernos y sencillos, de aquellos detalles que se ven como insignificantes, pero que logran sorprender, que enamoran.
Me emociona, y debo decirlo con mucho orgullo, el hecho de que el pequeño Yanfry sea un niño afro, un niño del Chocó, porque sus videos mandan un mensaje claro, contundente: allí en ese Chocó de gente pobre, donde poco se invierte, donde hasta las ayudas para los damnificados de tragedias se desaparecen, donde las becas y los auxilios son escasos, allí las familias se esfuerzan, se sacrifican para mandar y llevar a sus hijos a la escuela… allí la educación sigue siendo una prioridad para cada familia.
La elegancia de Yanfry muestra que en el Chocó, por muy pobres que sean los padres, las familias se unen para ofrecer la mejor educación a los niños, y la excelente presentación, la elegancia también es propia de nosotros.
Contrario al desafortunado comentario del político que refiriéndose a Yanfry expresa que “¡Yanfri, el inteligente y gracioso niño Afro que ignora, si las cosas siguen igual, que al dejar la niñez deberá endeudarse para estudiar, irse a una bacrim, a la guerrilla, poner un puesto de tintos para que se los pateen o exponer su vida y sus ojos por protestar!”… Yo le auguro a Yanfry una infancia y vida de bendiciones, de éxitos, de fortuna económica, de unidad familiar, de felicidad.
Yo también comino como Yanfry.
Príncipe Alí
28-11-2021