La expresión de los sentimientos en los jóvenes de las instituciones educativas, los lleva a tomar sus propias decisiones en las relaciones interpersonales sanas y honestas, con una conducta asertiva que les permite alcanzar un crecimiento personal, espiritual, profesional, social y afectivo, en la etapa de organización de su proyecto de vida.
Por: José Eliécer Palomino Rojas.
En la institución educativa pública de María Josefa Marulanda, en el departamento Antioqueño Colombiano, cada tiempo de cuaresma, el capellán que llega a la institución educativa, junto con un pequeño grupo de
seminaristas, se acercan a la rectoría del plantel, para solicitar el permiso de pasar en pequeños lapsos de tiempos, por las aulas de clases, para ofrecer la orientación evangelizadora y profética de lo que es el verdadero sentido de la cuaresma.
Para que los estudiantes se acercaran a la comprensión del sentido de la cuaresma, la rectora de la I.E Majoma, Sandra Toro Jaramillo, en unión con el coordinador Raúl Velásquez de la básica secundaria y media vocacional, abrieron el espacio para que el sacerdote Juan Fernando Zapata, sus seminaristas y el docente encargado del equipo de pastoral del plantel educativo, le apostaran frente a los estudiantes, con variadas actividades para compartir, evangelizar y explicar de lo que consiste el tiempo de cuaresma como puerta de inicio a la semana santa.
Una de las estudiantes que participó en la jornada cuaresmal, en un informe que escribió y presentó al docente encargado de la E.R.E dijo: «En el espacio de la jornada de cuaresma uno de los seminaristas empezó con el saludo y un pequeño texto que él leyó, después nos mostró unas imágenes y las pasó alrededor de mis compañeros y explicó que al reverso de la hoja, todos pusiéramos lo que veíamos en las imágenes, luego todos poníamos cosas como cascadas, paisajes, ríos, animales y, al final nos mostró que era la cabeza de una vaca y, nos dejó la enseñanza de que las cosas no son como las vemos, ni como las pintan. Después nos pasó una hoja con una imagen del álbum de Badbunny, y después nos dijo que detrás de la hoja pusiéramos las canciones del cantante y, las empezó a poner en el celular para que, las escucháramos, al rato nos dieron una hoja con dos puntos de stiker uno dorado y otro plateado, en donde las teníamos que pegar en cualquier parte de la hoja, para formar algunos dibujos unidos con letras o palabras para formar la imagen llamativa y representativa del tiempo de cuaresma». Concluyó una estudiante de 10°A.
Ante la actividad creativa de los seminaristas, se pensaría que, iba llevando a los estudiantes a comprender que en tiempos de la cuaresma, así como observaron las imágenes en la que vieron que no era realmente lo que veían sino otra cosa, o el momento que unían las letras, o escuchaban algunas canciones de Badbunny, o el de unir letras o palabras, con todas esas actividades, se estaría sembrando la idea en los jóvenes que, en los cuarenta días (cuaresma), lo importante es tener en cuenta los momentos de la reflexión, la escucha y la unión del ser humano con su ser interior, con sus semejantes, con el universo y con el Ser Creador, por medio de la comunión de exigencias particulares, desde la tolerancia, el pluralismo, independientemente de las creencias o religiones que cada estudiante profesa, y también que lo más primordial sería que, cada uno aprenda a vivir la comunión ecuménica en la que recuerden el gran deseo del gran maestro Jesucristo «que todos sean uno», en un vivo interés por una comunión completa y operativa entre las diferentes confesiones cristianas.
En segundo lugar del tiempo de cuaresma, es muy importante resaltar la participación de los estudiantes de 9°B, junto con su directora de grupo Johana Páez, maestra de Lengua Castellana, en la salida pedagógica de encuentro ecuménico y en valores hacia el lugar de la Colombiere, en donde los jóvenes desde su etapa de formación, comprendan, aprendan y entiendan, lo importante de Ser signo e instrumento de unidad, para trabajar por la unidad, para la unidad, en fraternidad, solidaridad y así desde su grado noveno comiencen a impulsar y vivir la civilización del amor y, que sean luz ante las organizaciones para la defensa de los derechos de los pueblos, derecho a la vida, y el derecho a la protección del medio ambiente.
Los hogares, los estudiantes, las instituciones educativas o empresariales, cimentada, formada y promovida en valores cívicos, éticos, morales, culturales y políticos, no serán carga para la humanidad, sino apoyo y soporte, para la construcción de una verdadera, armoniosa y sana sociedad. Concluyó Jepardini.