Gracias a la profe Maribel Daza, las y los estudiantes aprendieron a mezclar la creatividad, la escritura y la tecnología. Con el proyecto El Delia Cuenta, ya han publicado 4 libros, en los que han plasmado su sentir y se ha fortalecido la unión entre compañeros.
Maribel Daza es ingeniera de sistemas de la Universidad Andina, pero su vocación siempre ha sido ser docente. Desde hace 10 años trabaja como docente provisional con la Secretaría de Educación del Distrito y va a cumplir 5 años en el colegio Delia Zapata Olivella, de la localidad de Suba. Vive en el Tintal, en Kennedy, junto a su esposo y sus 3 hijos: Alejandro (21 años), Ana María (17) y Nicole (13).
Maribel llegó al Delia a enseñar tecnología, pero al comienzo fue difícil enganchar a los estudiantes con la materia. Fue entonces, cuando recordó un juego que hizo junto a su hija menor. “Un día, arreglando, sacamos unos papelitos con diferentes formas y colores, de animales y figuras tridimensionales y los cortamos. Mi hija empezó a decirme: mami, le voy a leer un cuento. Y empezó a leer”.
Y esa fue la experiencia que la profe decidió intentar con sus estudiantes de grado décimo. Un día sacó de su cartera los mismos papelitos con los que jugaba con su hija y decidió hacer la dinámica con sus estudiantes. “Les hice seleccionar unos papelitos, todos los cogieron y se fueron a sentar. Les propuse escribir sobre qué les hacía pensar el papel.
Su propuesta causó curiosidad en sus estudiantes, quienes no entendían qué tenía que ver el escrito con la materia, pero la profe les respondió que todo puede ser tecnología.
Los estudiantes comenzaron a escribir y antes de terminar la clase, Maribel les pidió compartir sus escritos. Uno de sus estudiantes se animó a leer y ocurrió lo menos esperado: “Me di cuenta de que la mitad de la historia que estaba contando era sobre situaciones que él vivía en su casa. Yo le pregunté qué significaba su historia y me dijo: Yo vivo muchas situaciones en mi casa y le doy gracias por poder decir lo que siento. Es bueno haber sacado todo lo que tenía”.
El ejercicio generó un impacto en la profe, quien decidió hablar con la coordinadora y comentarle su sueño de hacer un libro con la promoción de grado once, para que pudieran dejar un legado. La respuesta fue positiva y la profe buscó estudiantes que estuvieran en el programa del SENA y que tuvieran habilidades digitales.
El proyecto se inició escribiendo los textos de los estudiantes en Word. Una vez terminaban, debían enviarlo a un Drive para que la profe los revisara y organizara. Finalmente, los y las estudiantes firmaban sus escritos. A pesar de ser 40 estudiantes, Maribel siempre quiso personalizar experiencias y compartía con cada uno para revisar los contenidos.
Una vez finalizada la parte escrita, cada estudiante debía crear un dibujo que identificara su cuento. Esto lo hicieron haciendo uso de herramientas como Paint 3D, Photoshop e Illustrator. Para aprender a usarlas, hicieron presentaciones y explicaciones de cada una de ellas y luego, cada estudiante decidía con cual se sentía más cómodo para trabajar.
“Después de eso incluso, hicimos un concurso para el dibujo de la portada. De hecho, el nombre del libro también lo elegimos por sorteo y resultó llamándose: Cuántas cosas puedes pensar y cuántas cosas puedes escribir. Así le dimos vida al primer libro”.
El tiempo ha pasado y ya han publicado 4 libros. Involucraron la fotografía e incluso crearon una bella galería de arte, que la secretaria de Educación del Distrito, Edna Bonilla, y la alcaldesa Mayor, Claudia López, pudieron disfrutar en la fiesta del regreso al cole 2023 en la institución.
Los estudiantes han encontrado un refugio a través de las palabras y la profe ha logrado encontrar que se sumen más docentes cómplices en la tarea, quienes emocionados se unen a la causa de la escritura y producción de estos libros que dejan el nombre de los estudiantes y de la institución en lo alto.