En el Día Mundial de los Profesores, la agencia para la educación de las Naciones Unidas dice que aún quedan grandes retos para alcanzar la educación básica universal. Uno de los mayores es la falta de docentes en el nivel primario y secundario, que afecta especialmente a África subsahariana y el sur de Asia.
La celebración del Día Mundial de las y los Docentes de este año exige una acción mundial urgente para que puedan desplegar plenamente su talento y transformar la enseñanza desde dentro.
Los docentes están en el centro de todo sistema educativo. Sin embargo, su profesión sigue sin ser debidamente reconocida y apoyada. Deben hacer frente a aulas llenas, a la carencia de desarrollo profesional durante su carrera y a una financiación inadecuada. Por ello, como ha hecho cada año desde 1994, la UNESCO celebra el 5 de octubre el Día Mundial de los y las Docentes con el objetivo de repensar el camino que queda por delante a la profesión a escala mundial.
Las malas condiciones de trabajo, la falta de reconocimiento y los bajos salarios son algunas de las razones por las que la UNESCO y sus asociados han decidido unir sus esfuerzos para garantizar que se satisfagan las necesidades de los docentes de todo el mundo. El año pasado, el tema “Los y las docentes en el corazón de la recuperación de la educación” centró el debate en la nueva realidad que deben afrontar los docentes desde 2020: su constante adaptación a contextos cambiantes e inciertos. Al mismo tiempo, la crisis mundial puso de manifiesto que los sistemas educativos no estaban preparados para apoyar a los docentes, no sólo en el aprendizaje a distancia, sino también en su bienestar socioemocional para garantizar la continuidad del aprendizaje.
Desde entonces se ha avanzado mucho. Por ello, este año, basándose en las lecciones aprendidas con miras a la recuperación de la educación, la UNESCO y las organizaciones coorganizadoras del Día Mundial de los y las Docentes aúnan esfuerzos para garantizar el hecho de que “La transformación de la educación comienza con las y los docentes». El tema responde a los compromisos y consensos alcanzados en la Cumbre sobre la Transformación de la Educación celebrada en septiembre.
¿Qué hace falta para transformar la educación?
La transformación de la educación requiere mayor número de docentes. Por ejemplo, solo en África Subsahariana se necesitan 15 millones de docentes más para alcanzar el ODS 4 en 2030. Y no se trata solo de una cuestión de cantidad: los docentes cualificados son la clave de una educación de calidad. Aunque en el mundo el 83% de los instructores de enseñanza primaria y de la enseñanza secundaria tienen las cualificaciones mínimas requeridas, en los países de bajos ingresos solo el 70% y el 64% disponen de estas capacidades (UIS-Teacher Task Force, 2021).
La transformación de la educación comienza con la mejora de las condiciones de trabajo de los docentes. La situación actual en muchos países hace que muchos docentes abandonen la profesión o cambien de carrera. Además, las insuficientes oportunidades de desarrollo profesional dificultan la tarea de atraer a los candidatos a una profesión que puede resultarles poco atractiva.
La transformación de la educación también comienza cuando los docentes participan activamente en el diálogo social, en los procesos de toma de decisiones y en las políticas. Es necesario que se les escuche desde el aula hasta los niveles políticos.
Por último, no será posible transformar la educación sin una financiación adecuada que garantice la consecución de los objetivos educativos a escala mundial. Un enfoque por parte de todo el gobierno con miras a mejorar las condiciones de los docentes, fomentar la innovación y financiar la educación como un bien público puede aumentar la oferta de profesores cualificados y lograr un cuerpo pedagógico sostenible de calidad.