El secretario de Educación departamental del Cauca solicitó ante los diputados de la Asamblea, ayuda para lograr lo que ya es un clamor general entre la comunidad educativa: la necesidad de volver a clases presenciales, el regreso al escenario natural de las aulas. Además hizo público lo que es un secreto a voces: algunos miembros del sindicato de educadores de Asoinca se oponen firmemente al regreso a clases y están perjudicando a miles de niños después de una larga y penosa pandemia.
El secretario de Educación solicitó de manera explícita que se haga presión sobre algunos actores educativos que siguen entorpeciendo el retorno a las aulas. Precisamente su presencia en la Duma departamental tenía como propósito explicar algunos movimientos presupuestales para ejecutar un plan para volver a la presencialidad en todo el departamento. Este espacio fue aprovechado, como hemos dicho para referirse a la posición de algunos directivos docentes que se oponen a una decisión de orden nacional.
Mediante una serie de tutelas, desde Asoinca se intenta demorar todo lo posible el retorno. El secretario pues hace un llamado a los padres de familia, alcaldes, diputados y a la sociedad en general para una solución rápida pensando en el bienestar de los que más importan en este tema: los niños, los jóvenes, los estudiantes. En todo este debate lo que no se sostiene es que los argumentos de tipo sanitario y con espíritu preventivo de los docentes para no regresar a su trabajo, no los aplican a la hora de salir a manifestarse, como lo hicieron en las jornadas de paro nacional, es decir, el virus del Covid-19 es riesgoso en unos escenarios pero en otros no. Según los docentes, quedarán expuestos al regresar a clases pero no al realizar cualquier actividad social, porque no están confinados, ni aislados en sus casas, al menos no existe registro de ello.
El riesgo para su salud y su vida solo está latente en el momento de ir a dar clases. Eso resulta muy curioso. No corren riesgos cuando van al supermercado o al banco, o cuando transitan por la ciudad. No, solo en el aula de clases. Y eso a pesar de que la mayoría ya han recibido al menos una dosis de la vacuna.
Nos parece que los argumentos de los docentes son débiles y como casi siempre se enfocan en defender sus propios intereses más que los de los niños y jóvenes que han visto truncado su proceso educativo. Seguir alargando el regreso a clases no es ético y tiene que ver más con la defensa de su comodidad personal que el del interés general como argumentan.
Fuente: Diario del Cauca