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CARTA ABIERTA

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Sincé, junio 25 de 2021


Señores:
COMUNIDAD EDUCATIVA DE SINCÉ
Rectores, Coordinadores, Docentes, Padres de Familia y Estudiantes
Sincé – Sucre

Cordial saludo.


La educación en Colombia atraviesa por una difícil situación de orden social, laboral, educativo y, por supuesto, de salubridad, por la emergencia sanitaria auspiciada por la COVID-19, que, en Colombia, registra un dato alarmante y escalofriante de más de 100.000 muertos, según reportes del propio Ministerio de Salud. A esta realidad problémica, se suma la posición – para mí – irresponsable y revanchista del gobierno nacional, al pretender el retorno presencial a clases de manera “obligatoria”, en todos los establecimientos educativos del país, en cuyos lineamientos subyacen términos amenazantes y fuera de lugar.

En este orden de ideas, quiero, ante ustedes, sentar mi posición, tanto como docente de la Institución Educativa Cocorote, como Padre de Familia de la Institución Educativa Antonia Santos, en la cual tengo dos hijas cursando grado 11°. De acuerdo al primer talante, y afincado en consideraciones y apreciaciones fidedignas de algunos agentes educativos que participaron en la reunión celebrada en el día de ayer con el Secretario de Educación Municipal, es evidente – y en eso estuvieron de acuerdo la gran mayoría (Por no decir, todos) de los rectores y coordinadores de Sincé -, que ninguna institución educativa del municipio, reúne las condiciones mínimas para que se produzca el retorno a la presencialidad, y este hecho, por supuesto, se hace mucho más evidente en la zona rural, donde, en el caso particular de la INECO, no se cuenta con suministro y almacenamiento de agua potable, las unidades sanitarias no sirven, los techos están colapsando, los espacios académicos son muy reducidos (No existe patio y los salones no cuentan con el aforo para el desarrollo de las actividades áulicas), los cielos rasos de las aulas están completamente deteriorados, y aquellos que aún se mantienen en “pie”, se han convertido en un hábitat propicio para roedores y murciélagos, cuyo guano crea un ambiente antihigiénico, de amplio impacto para el bienestar y salubridad de los estudiantes. Recordemos que todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano (Artículo 79 C. P. C.)

Durante los dos últimos mandatos, nuestra institución no ha gozado de un ápice de inversión en ninguno de los aspectos, llámese de infraestructura o de dotación, y las gestiones que hemos venido adelantando, han sido infructuosas; no han tenido eco. Desde esta perspectiva, pretender o afirmar que todo está dado para un retorno efectivo y seguro, es un acto de irresponsabilidad; un exabrupto y, sin lugar a dudas, un atentado contra la vida; y como lo manifestó el físico teórico estadounidense Richard Freynman: […] saber la verdad, ver la verdad, pero seguir creyendo en las mentiras, nos conduce, irremediablemente, a una enfermedad llamada estupidez… Aquí no se trata de defender posturas políticas, ni mostrar ínfulas de manera irreverente; se trata de mirar objetivamente una situación que nos afecta a todos, con criterio, altruismo y, lo más importante, con la empatía suficiente para entender que “el derecho a la vida es inviolable”


Por último, y de acuerdo a mi segundo talante, mi posición, así como la que están asumiendo la gran mayoría de los padres de familia, es clara: NO enviaré a mis hijas a clases presenciales. Mis primogénitas no se convertirán en experimento de este nefasto gobierno. “Un año se recupera; la vida, no” Ya tuve la grata oportunidad de expresarle mi sentir al director de grupo, quien ha sido muy respetuoso y comprensivo ante estas decisiones, al igual – estoy plenamente seguro de eso – que todos los docentes de tan prestigiosa institución como lo es INAS. Y es en este sentido donde, en mi calidad de docente y padre de familia, observo con impotencia un panorama poco alentador en un álgido momento donde la pandemia está en su máxima expresión; donde el gobierno no muestra el más mínimo interés por salvaguardar la vida de los colombianos y donde existe mucho desconocimiento e inobservancia acerca de las dimensiones de esta cruenta realidad.


¡Fuerte abrazo para todos y que Dios los bendiga!!!


VÍCTOR MANUEL TEHERÁN TIRADO
Docente INECO – Padre de Familia INAS

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