Redacción REEA | Periodismo educativo
Días después de la polémica detención que sacudió al municipio de Carepa, la justicia ha hablado: Celimo Mosquera, coordinador de la Institución Educativa Luis Carlos Galán, fue declarado inocente y dejado en libertad por la Fiscalía, tras determinar que no existían pruebas ni fundamentos que sustentaran la grave acusación en su contra por presunto abuso a menor de edad.
La noticia ha sido recibida con profundo alivio por parte de familiares, colegas, estudiantes y miembros de la comunidad educativa, quienes desde el primer momento manifestaron su respaldo al docente, alegando que se trataba de una persona íntegra, con una trayectoria intachable.
Una de las voces que más ha resonado en redes sociales es la de la psicóloga Joiselyn Mosquera, quien expresó:
“Siempre creí en su integridad, su ética profesional y su compromiso inquebrantable con la formación y el bienestar de los estudiantes. Me complace que hoy la verdad haya salido a la luz y se haya hecho justicia.”
La profesional en salud mental, conocedora del entorno educativo de Carepa, recalcó la necesidad de no emitir juicios apresurados ni permitir que acusaciones sin sustento destruyan la reputación de personas dedicadas al servicio de la educación:
“Esta situación, dolorosa e injusta, nos recuerda la importancia de actuar con responsabilidad y de proteger el buen nombre de quienes, como él, han entregado su vida a la educación con honestidad y entrega.”
La comunidad del municipio de Carepa celebró con entusiasmo la noticia de su libertad, destacando que se ha hecho justicia. En distintas zonas del pueblo, vecinos y conocidos manifestaron su alegría, algunos incluso con aplausos espontáneos al verlo regresar, y muchos expresaron en redes sociales su apoyo incondicional, asegurando que “la verdad siempre sale a la luz”.
La noticia de su libertad ha generado múltiples reacciones. Para muchos en Carepa, esto confirma lo que ya se comentaba en las calles: que las acusaciones no tenían asidero, y que se trataba de una injusticia que ahora comienza a corregirse.
Con su nombre limpio y su conciencia en paz, Celimo Mosquera podrá retomar su labor educativa, ahora más fortalecido por el respaldo de una comunidad que nunca dejó de creer en él.
