Un lamentable hecho de violencia sacudió a la comunidad del barrio Los Naranjos, en la localidad de Bosa, Bogotá, el pasado miércoles 26 de febrero. Un joven de 16 años falleció luego de haber sido atacado con un arma blanca en medio de una riña con un compañero de colegio, también menor de edad.
De acuerdo con las primeras versiones, la pelea entre los dos estudiantes se presentó a las afueras de la institución educativa. Vecinos del sector alertaron a la Policía sobre el altercado, pero, a pesar de la rápida respuesta de las autoridades, el adolescente resultó gravemente herido y fue trasladado de urgencia a un centro asistencial, donde lamentablemente perdió la vida.
Las autoridades confirmaron que el presunto agresor fue capturado en el lugar de los hechos y quedó bajo disposición de la Fiscalía General de la Nación para determinar su responsabilidad en el caso.
El coronel Óscar Chauta, comandante de la Estación de Policía de Bosa, expresó su pesar por lo ocurrido y aseguró que el caso ya está en proceso de investigación para esclarecer las circunstancias que llevaron a este trágico desenlace.
Por su parte, la Secretaría de Educación de Bogotá manifestó su solidaridad con la familia del menor fallecido y anunció la activación de protocolos de atención para brindar acompañamiento tanto a los allegados del joven como a la comunidad educativa. Además, la entidad hizo un llamado a reforzar las estrategias para la prevención de la violencia en los entornos escolares, destacando la importancia de iniciativas como «Escuelas con emociones», orientadas a fortalecer las habilidades socioemocionales de los estudiantes y prevenir situaciones de acoso y agresión.
Tras lo sucedido, la Secretaría de Educación y la Secretaría de Seguridad de Bogotá han anunciado medidas de acompañamiento a la institución afectada, con el propósito de evaluar los factores de riesgo presentes en el entorno escolar y establecer estrategias para prevenir futuros conflictos.
«Este es un entorno priorizado, por lo que se implementarán acciones para garantizar la seguridad dentro y fuera de las instituciones educativas. Es fundamental promover el diálogo y la resolución pacífica de conflictos para evitar hechos de violencia como este», indicó Edwin Ussa, jefe de la Oficina para la Convivencia Escolar de la Secretaría de Educación de Bogotá.
Este trágico episodio deja en evidencia la necesidad de reforzar los programas de convivencia y prevención de la violencia en los colegios, con el fin de proteger la integridad y el bienestar de los estudiantes. La comunidad educativa y las autoridades continúan trabajando para encontrar soluciones que permitan evitar que hechos similares vuelvan a ocurrir.
