El grito que nadie quiere oír: Rector denuncia el abandono estructural de la Institución Educativa Cuchillo Blanco
✍️ Por César Asprilla – Periodista Educativo
📍 Bogotá D.C., 17 de abril de 2025
Belén de Bajirá, Colombia — Mientras las autoridades celebran cifras de cobertura educativa, en los rincones más olvidados del país, la realidad escolar grita en silencio. Jesús Antonio Córdoba Mosquera, rector de la Institución Educativa Cuchillo Blanco, ha decidido romper ese silencio con una denuncia pública que sacude la conciencia nacional.
En un video emotivo y directo, el rector visibiliza el profundo deterioro de la infraestructura del colegio que dirige, acompañado de imágenes que hablan más que mil discursos: paredes resquebrajadas, techos en ruina, mobiliario inservible y aulas que parecen más calabozos que espacios de formación. Todo esto, en un lugar donde niños, niñas y jóvenes llegan cada día con la esperanza de aprender y transformar su futuro.
“Es un abandono bastante notable que se hace sentir en toda la comunidad educativa”, denuncia con firmeza Córdoba Mosquera. “La población estudiantil no tiene la más mínima garantía de calidad educativa para poder tener una educación óptima y significativa”.
La denuncia del rector no solo expone el estado físico de una institución, sino que pone sobre la mesa una herida histórica: la exclusión sistemática de comunidades rurales, étnicas y empobrecidas del país, que durante décadas han sido relegadas al olvido por parte de los entes gubernamentales.
La Institución Educativa Cuchillo Blanco no es un caso aislado. Representa a cientos de escuelas rurales de Colombia que sobreviven entre la indiferencia, el abandono y la precariedad. La falta de infraestructura digna, la escasez de recursos, y la débil presencia institucional configuran un escenario donde se vulneran derechos fundamentales, empezando por el derecho a una educación digna.
“Hacemos un llamado efusivo a todos los entes gubernamentales: nacionales, departamentales y municipales. Esta comunidad exige la presencia real de las entidades responsables de esta situación. Ya han sido demasiados años de olvido”, clama el rector.
Las palabras de Córdoba Mosquera no son solo una crítica; son una súplica. Una súplica desde una comunidad que se siente invisible, marginada y desamparada. Cada grieta en esos muros representa una promesa rota del Estado. Cada aula deteriorada es una oportunidad perdida para un niño o niña que sueña con un futuro distinto.
“Demostremos a esta comunidad que el Estado existe”, sentencia el rector. Y detrás de esa frase hay una urgencia: si no se actúa pronto, no solo se derrumbarán techos, sino también la esperanza de toda una generación.
La denuncia de Jesús Antonio Córdoba Mosquera debe ser más que un video viral. Debe convertirse en un punto de inflexión. Una interpelación directa a las autoridades educativas, a la sociedad civil y a los medios de comunicación, para que miren de frente la otra cara de la educación en Colombia: aquella que resiste entre la pobreza y el abandono.
Cuchillo Blanco hoy es noticia. Pero su historia, como la de tantas otras instituciones rurales, no puede quedarse en un titular. Requiere soluciones urgentes, inversión digna y, sobre todo, voluntad política para reparar la deuda que el país tiene con su niñez más vulnerable.
Ver vídeo de la denuncia del profesor Jesús Antonio Córdoba Mosquera👇🏽
